El sábado, en Malmo a la hora de comer. Fernando y su amigo nos recibieron, fuimos todos a un restaurante. José se nos unió y, tras un cafe de los largos, nos llevo a casa de Audrey y Jaime. Buena la cena, el vino y la conversación.
Es curioso, aunque a Copenhague y Malmo los separa una escasa hora en tren, siento que he vuelto de vacaciones. Despejada, contenta, con las pilas cargadas... Aunque los lunes son duros, pase lo que pase durante el fin de semana...
Y si no mirad lo primero que he hecho hoy al llegar a la oficina....

Sí, es el lavabo del baño... Y no, no me he subido en él... estaba lavando un vaso de cristal...